Everything happens for the first time.
I saw something white in the sky.
They tell me it is the moon, but what can I do with a word and a mythology.
Trees frighten me a little. They are so beautiful.
The calm animals come closer so that I may tell them their names.
The books in the library have no letters. They spring forth when I open them.
Leafing through the atlas I project the shape of Sumatra.
Whoever lights a match in the dark is inventing fire.
Inside the mirror an Other waits in ambush.
Whoever looks at the ocean sees England.
Whoever utters a line of Liliencron has entered into battle.
I have dreamed Carthage and the legions that destroyed Carthage.
I have dreamed the sword and the scale.
Praised be the love wherein there is no possessor and no possessed, but both surrender.
Praised be the nightmare, which reveals to us that we have the power to create hell.
Whoever goes down to a river goes down to the Ganges.
Whoever looks at an hourglass sees the dissolution of an empire.
Whoever plays with a dagger foretells the death of Caesar.
Whoever dreams is every human being.
In the desert I saw the young Sphinx, which has just been sculpted.
There is nothing else so ancient under the sun.
Everything happens for the first time, but in a way that is eternal.
Whoever reads my words is inventing them.
Jorge Luis Borges (1899-1986)
Translated by Stephen Kessler
La dicha
El que
abraza a una mujer es Adán. La mujer es Eva.
Todo sucede
por primera vez.
He visto una cosa blanca en el cielo.
Me dicen que es la luna, pero qué puedo hacer con una palabra y con una mitología.
Los árboles me dan un poco de miedo. Son tan hermosos.
Los tranquilos animales se acercan para que yo les diga su nombre.
Los libros de la biblioteca no tienen letras. Cuando los abro surgen.
Al hojear el atlas proyecto la forma de Sumatra.
El que prende un fósforo en el oscuro está inventando el fuego.
En el espejo hay otro que acecha.
El que mira el mar ve a Inglaterra.
El que profiere un verso de Liliencron ha entrado en la batalla.
He soñado a Cartago y a las legiones que desolaron a Cartago.
He soñado la espada y la balanza.
Loado sea el amor en el que no hay poseedor ni poseída, pero los dos se entregan.
Loada sea la pesadilla, que nos revela que podemos crear el infierno.
El que desciende a un río desciende al Ganges.
El que mira un reloj de arena ve la disolución de un imperio.
El que juega con un puñal presagia la muerte de César.
El que duerme es todos los hombres.
En el desierto vi la joven Esfinge que acaban de labrar.
Nada hay tan antiguo bajo el sol.
Todo sucede por primera vez, pero de un modo eterno.
El que lee mis palabras está inventándolas.
Me dicen que es la luna, pero qué puedo hacer con una palabra y con una mitología.
Los árboles me dan un poco de miedo. Son tan hermosos.
Los tranquilos animales se acercan para que yo les diga su nombre.
Los libros de la biblioteca no tienen letras. Cuando los abro surgen.
Al hojear el atlas proyecto la forma de Sumatra.
El que prende un fósforo en el oscuro está inventando el fuego.
En el espejo hay otro que acecha.
El que mira el mar ve a Inglaterra.
El que profiere un verso de Liliencron ha entrado en la batalla.
He soñado a Cartago y a las legiones que desolaron a Cartago.
He soñado la espada y la balanza.
Loado sea el amor en el que no hay poseedor ni poseída, pero los dos se entregan.
Loada sea la pesadilla, que nos revela que podemos crear el infierno.
El que desciende a un río desciende al Ganges.
El que mira un reloj de arena ve la disolución de un imperio.
El que juega con un puñal presagia la muerte de César.
El que duerme es todos los hombres.
En el desierto vi la joven Esfinge que acaban de labrar.
Nada hay tan antiguo bajo el sol.
Todo sucede por primera vez, pero de un modo eterno.
El que lee mis palabras está inventándolas.
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